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  • Foto del escritorAngélica Vaquero

Un análisis sobre China con olor taiwanés

El rompimiento de relaciones diplomáticas con Taiwán, tomó a varias personas por sorpresa, otros aseguran que ya veían, unos le echan flores al gobierno porque consideran que es una decisión que se debió tomar hace décadas, otros lapidan la decisión y esperan que el cambio de gobierno pueda revertirlo; es decir, hay una diversidad de opiniones, así que decidí exponer la mía.

Las actuales diferencias entre China y Taiwán datan de 1949, cuando los comunistas vencieron a los nacionalistas durante la guerra civil en China.

Los nacionalistas, liderados por Chiang Kai-shek del partido Kuomingtan (KTM) huyeron hacia Taiwán, considerada por los gobiernos chinos como territorio propio.

Desde ese entonces, Pekín se prometió recuperar la isla, por la fuerza -de ser necesario.[1] Recordar que en ese contexto de guerra fría, China no era la potencia económica que es ahora, la guerra ideológica fue librada por la URSS y EEUU; estos Estados se volvieron el faro de sus respectivas zonas de influencia, a las cuales dominaban económicamente, socialmente y militarmente. El poderío militar llegó a niveles en los que se hablaba de una destrucción mutua asegurada, en la cual si se llegaba al punto de un guerra nuclear entre superpotencias, se destruiría el mundo; ante estos poderíos tan impresionantes, se puede inferir que lo mejor es preocuparse por crecer internamente para competir con mayor ímpetu en el contexto internacional. Por tanto, no era prudente atacar la isla de Formosa (Taiwán) para regresarla al régimen imperante en China, había que establecer una estrategia que les permitiera permear de una manera más fuerte en el sistema internacional.

Una prueba de su estrategia es que en 1978 Deng Xiaoping inició una política basada en las “cuatro modernizaciones” de Zhou Enlai, que incluían cuatro sectores: el agrícola, la industria, la tecnología y la defensa. Con estas reformas se desarrollarían los sectores productivos y, en consecuencia, la economía del país. [2] Poco a poco, se ha visto que se ha incrementado su presencia económica, tanto que desde 2008 es el mayor exportador del mundo; así como su presencia en el sector multilateral, al ser uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha bloqueado el reconocimiento internacional de Taiwán.

China maneja – por así decirlo- la deuda externa estadounidense, en consecuencia, devalúa en yuan, según sus intereses, así que no es incorrecto afirmar que ningún Estado puede competir contra China. Hasta este punto, la única piedra que tiene en el zapato es la no reunificación con Taiwán, así que poco a poco le ha ido quitando sus aliados, pues con esto le quita a los países que le dan reconocimiento internacional y abogaban por su entrada en las Naciones Unidas.

Por ejemplo, en 2017 China ofreció según informa la República Dominicana US$ 3,1 billones en préstamos e inversiones para el incentivar el cambio de relaciones diplomáticas[3]. Mucho más de lo que Taiwán puede ofrecer, ¿el resultado? República Dominicana estableció relaciones diplomáticas con China, en consecuencia, admite que China y Taiwán conforman un solo Estado.

El Salvador se unió a los aliados chinos, rompiendo relaciones con China aunque aún no se ha esclarecido bajo qué condiciones se realizaron las negociaciones; al ser China el nuevo banquero mundial, se puede inferir que tiene un trasfondo económico marcado, ¿por qué elegir a El Salvador? Porque no tiene un gobierno de derecha que pueda interponerse por motivos ideológicos.


La lista de países que reconocen a Taiwán se volvió más limitada:

Habrá que esperar cuál de estos países es el siguiente en darle la espalda a Taiwán; sin embargo es curioso que las compañías de Taiwán han invertido más de US$50.000 millones en China y más de un millón de taiwaneses viven allí[4]. ¿Qué nos enseña esto? Que aunque China haya propuesto el modelo “una China, dos sistemas”, su expansión económica se ha vuelto atractiva para su “provincia rebelde”. Las inversiones lo muestran, las personas pragmáticas están conscientes que los factores de producción en China son óptimos, por tanto no dudaran en reintegrarse a China continental. Empero, la clase política dominante está sabedora que no ostentara el mismo poder si la reunificación se logra, esto explica por qué las movidas económicas chinas están encaminadas a arrebatarle aliados que establezcan lobby por esta nación. El sistema internacional es dinámico, habrá que esperar las movidas políticas que establezcan los Estados y cómo la opinión pública reacciona a estas.




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