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  • Foto del escritorAngélica Vaquero

Nicaragua, un dolor centroamericano

Latinoamérica, es una de las regiones más desiguales del mundo, desde nuestro nacimiento como Estados independientes, han existido fuerzas externas que han establecido las reglas del juego en nuestra propia tierra, nos han llamado “socios comerciales” cuando en realidad solo constituimos una “zona de influencia”.

Centroamérica no se queda atrás; Nicaragua fue manejada a conveniencia de los intereses de la United Fruit Company (UFCO), aparte fue obligada a firmar tratados como el Bryan-Chamorro, en el que cedían su soberanía en unas islas del Golfo de Fonseca – el cual comparte con El Salvador y Honduras - . Más tarde, en la época de la guerra fría tuvo fuertes relaciones con la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), cabe resaltar, que aunque este último haya tenido una ideología socialista no quedaba exento de tener “zonas de influencia”. Gracias a este fuerte apoyo triunfó la revolución sandinista, la cual derrotó a la dictadura de los Somoza.

En el nuevo milenio se le ha acusado de ser un país alineado a la izquierda, el presidente Daniel Ortega ostenta el puesto desde 2007 y a lo largo de su mandato se le ha acusado de mantener el poder concentrado en su familia, querer controlar las redes sociales, establecer un régimen de partido único; entre otras cosas. En los últimos días anunció una reforma al sistema de seguridad social y la gente se ha lanzado a las calles a protestar, sin importarles nada más que su país, el amor que le tienen les hace realizar prácticas que para los habitantes de otros Estados más conservadores son irracionales. En las últimas horas ha circulado la noticia que ¡El pueblo nicaragüense lo ha logrado! Según el portal de noticias DW en español:

“El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció el domingo (22.04.2018) la derogación de la polémica reforma al Seguro Social, detonante de una ola de protestas hace cinco días en el país que dejó al menos diez muertos (cifra que organizaciones no gubernamentales elevan a más del doble) y decenas de heridos. Ortega habló por la tarde en cadena de radio y televisión y dijo que la decisión busca "facilitar la discusión y el diálogo amplio" entre el Gobierno, trabajadores, empleadores y "que se restablezca la paz".”

¿Quiere decir esto que la agonía de los ciudadanos ha cesado? Por supuesto que no, la libertad de expresión fue duramente reprimida en las manifestaciones que se han visto en los últimos días. Las redes sociales han ayudado que estas situaciones sean conocidas por gran cantidad de personas en el mundo, hasta el mismo Pontífice se manifestó en contra de la ola de violencia que se ha desatado en Nicaragua.

El clamor de Nicaragua por una vida digna no es nacional, es el malestar de un subcontinente –Latinoamérica- que se resiste a seguir siendo pisoteado. Una situación similar en el tema de pensiones sucedió en El Salvador, a finales del año anterior; si bien es cierto, no hubo revueltas de este tipo, fue afectado por la misma dinámica; por tanto no se puede afirmar que la situación de Nicaragua es sui géneris si el año pasado hemos sido testigos de una Guatemala alzada por la corrupción en su parlamento, de un Honduras denunciando el proceso irregular de las elecciones de JOH y la lista continua. Toda Latinoamérica sufre los mismos síntomas, desigualdad social, corrupción e incertidumbre sobre el futuro y los gobernantes,


El pueblo nicaragüense es un pueblo valiente, espero que puedan seguir cosechando éxitos que no se conformen con soluciones a medias, el pequeño bosquejo histórico del principio me respalda, Nicaragua merece justicia.

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